miércoles, 8 de febrero de 2012

Los Soviets en la Revolución Rusa (3/3)


Los Soviets rusos y su carácter universal
"La historia ha hecho esta jugarreta: los Soviets nacieron en Rusia en 1905, fueron falsificados en febrero-octubre de 1917 por los mencheviques, quienes fracasaron por no haber comprendido su papel y su importancia, y hoy ha surgido en el mundo entero la idea del Poder soviético, idea que se extiende con rapidez inusitada entre el proletariado de todos los países, mientras fracasan en todas partes, a su vez, los viejos héroes de la II Internacional, por no haber sabido comprender, del mismo modo que nuestros mencheviques, el papel y la importancia de los Soviets. La experiencia ha demostrado que en algunas cuestiones esenciales de la revolución proletaria todos los países pasarán inevitablemente por lo mismo que ha pasado Rusia."
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Lenin y los bolcheviques rusos comprendieron rápidamente el carácter internacional de los Soviets, el papel que necesariamente jugarían en el ciclo revolucionario que acababa de comenzar y que sacudiría los cimientos de la sociedad de clases y agitaría las conciencias de los obreros de medio mundo. Y Lenin y la recién creada III Internacional parecían tener motivos para la esperanza y el optimismo cuando el ejemplo soviético ruso, y la idea de la revolución, se extendían por media Europa levantando a los obreros, ayudándoles a romper las cadenas de la explotación para intentar seguir la estela de la primera revolución proletaria triunfante (tras la heroica derrota de la Comuna de París).

Es muy probable que la revolución llegue muy pronto en muchos países de Europa Occidental, pero nosotros, como parte organizada de la clase obrera, como partido, tendemos y debemos tener a lograr la mayoría en los Soviets. Entonces estará garantizada nuestra victoria, y no habrá fuerza capaz de emprender nada contra la revolución comunista.
Tesis e informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”

Y así parecía en un primer momento; los Soviets nacen espontáneamente en Alemania y Hungría aunque sin la participación en ellos de las amplias masas obreras o campesinas. Parte del proletariado en su afán revolucionario parece intentar reproducir así el ejemplo ruso. Sin embargo, estos soviets son más nominales que reales, la clase obrera de estos países no tiene la experiencia revolucionaria que por el contrario si había acumulado el joven proletariado ruso. La socialdemocracia está asentada tanto en Alemania como en Hungría, sus prácticas sindicalistas y parlamentarias han maleado la conciencia de los obreros, y el partido de los espartaquistas alemanes o el de los comunistas húngaros apenas acaba de ser “constituido” como simple escisión del ala izquierda de los partidos socialdemócratas, sin la lucha ideológica y política previa necesaria. Por ello, pese a que en un principio las recientemente derrotadas potencias centrales carecen de una fuerza armada leal para reprimir a estos soviets embrionarios y surgidos por imitación del modelo ruso, los socialdemócratas o socialtraidores rellenarán rápidamente este vacío poniéndose al servicio de la burguesía y reprimiendo sangrientamente cualquier germen revolucionario, sea como en Alemania desde el gobierno y aliados con los esbozos de fascistas que eran los Freikorps, o mediante el golpe de estado contra la recién nacida República Soviética Húngaro apoyados en los ejércitos imperialistas rumanos. Derrotado el espontaneismo revolucionario alemán y húngaro, la historia no volverá a ver nacer a soviets surgidos de forma espontánea.

… el curso general de la revolución proletaria es igual en todo el mundo. Primero, la formación espontánea de los Soviets, luego su extensión y desarrollo, más tarde, se plantea prácticamente la cuestión: Soviets o Asamblea Nacional, o Asamblea Constituyente, o parlamentarismo burgués; completo desconcierto entre los jefes, y por último, la revolución proletaria.
“Tesis e informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”

Quedaban así reflejadas las limitaciones de la concepción de los soviets elaborada por los bolcheviques, que basándose en la particular experiencia rusa (la experiencia que ellos mismos habían vivido), donde los soviets nacen de forma espontánea en el contexto de una revolución burguesa en un estado autocrático y semi-feudal, y tras una insurrección generalizada de soldados que arrebata las armas a las clases dominantes y las pone en manos de la clase obrera. Solo en este contexto podía darse el nacimiento espontáneo de los soviets y su coexistencia pacífica con el poder burgués hasta la insurrección. Sin embargo, estas condiciones ni se daban ni se darían en ningún otro país de Europa. Por tanto, los bolcheviques no habían teorizado sobre como el sujeto revolucionario debía dar el primer paso (es decir, la formación de los Soviets) ya que en su experiencia revolucionaria este primer paso lo tomaban las masas de forma espontánea. Por tanto, si los Soviets no surgían espontáneamente, ¿significa que los bolcheviques se equivocaban respecto al papel que estaban llamados a jugar? ¿Eran por tanto los Soviets una particularidad rusa que no podía trasladarse a otros países, tiempos y contextos?

Pero en este momento histórico se trata precisamente de que el ejemplo ruso muestra a todos los países algo, y algo muy sustancial, de su futuro próximo e inevitable. Los obreros avanzados de todos los países hace ya tiempo que lo han comprendido y, más que comprenderlo, lo han percibido, lo han sentido con su instinto revolucionario de clase.
De aquí la "significación" internacional (en el sentido estrecho de la palabra) del Poder soviético y de los fundamentos de la teoría y de la táctica bolchevique.
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Los bolcheviques no se equivocaban juzgando el papel que los Soviets están llamados a jugar en la revolución proletaria mundial. El Poder soviético tiene un “significado” internacional y por tanto debía pasar a formar parte de los fundamentos de la teoría y de la táctica marxista-leninista. ¿Pero por qué son necesarios los Soviets para el triunfo de la revolución proletaria? Muchas de las razones ya se han desarrollado a lo largo de este artículo... El propio Lenin podría señalar algunas más igualmente fundamentales:

-          A) La dictadura del proletariado y el estado socialista adquieren la forma de República Soviética.

La relación entre jefes, partido, clase y masas, y, al mismo tiempo, la de la dictadura del proletariado y su partido con respecto a los sindicatos, se presenta actualmente entre nosotros en la forma concreta siguiente: la dictadura la lleva a cabo el proletariado organizado en Soviets, dirigido por el Partido Comunista bolchevique (…) Se obtiene, en conjunto, un aparato proletario, formalmente no comunista, flexible y relativamente amplio, potentísimo, por medio del cual el Partido está estrechamente vinculado a la clase y a la masa y por medio del cual se lleva a cabo la dictadura de clase, bajo la dirección del Partido.
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Y este Estado es compatible con la extensión de la democracia a una mayoría tan aplastante de la población, que la necesidad de una máquina especial para la represión comienza a desaparecer. Como es natural, los explotadores no pueden reprimir al pueblo sin una máquina complicadísima que les permita cumplir este cometido, pero el pueblo puede reprimir a los explotadores con una "máquina" muy sencilla, casi sin "máquina", sin aparato especial, por la simple organización de las masas armadas (como los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, digamos, adelantándonos un poco).
Lenin. “El Estado y la Revolución”.

-          B) La elevación de la conciencia de las amplias masas proletarias solo puede lograrse mediante su participación revolucionaria a través de los Soviets.

Mientras se trate (como se trata aún ahora) de atraerse al comunismo a la vanguardia del proletariado, la propaganda debe ocupar el primer término; incluso los círculos, con todas las debilidades de la estrechez inherente a los mismos, son útiles y dan resultados fecundos en este caso. Pero cuando se trata de la acción práctica de las masas, de poner en orden de batalla -- si es permitido expresarse así -- al ejército de millones de hombres, de la disposición de todas las fuerzas de clase de una sociedad para la lucha final y decisiva, no conseguiréis nada con sólo las artes de propagandista, con la repetición escueta de las verdades del comunismo "puro".
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”.

La verdadera educación de las masas no puede ir nunca separada de la lucha política independiente, y sobre todo, de la lucha revolucionaria de las propias masas. Sólo la lucha educa a la clase explotada, sólo la lucha le descubre la magnitud de su fuerza, amplía sus horizontes, eleva su capacidad, aclara su inteligencia y forja su voluntad.
Lenin, “Informe sobre la revolución de 1905”

La importancia capital e insustituible de los Soviets para el triunfo de la revolución queda así más que demostrada. Sin embargo, el primer paso del que Lenin hablaba para todo ello, “la formación espontánea de los Soviets”, resulta basarse únicamente en la particularidad rusa y ser irrepetible en los países industrializados de Europa. Y sin Soviets, como los bolcheviques habían comprobado, era imposible conquistar y organizar a las amplias masas para el triunfo revolucionario y la construcción del Estado socialista. Por tanto, si los Soviets son necesarios para la revolución, y en los estados burgueses no surgen de forma espontánea, los Soviets deben ser creados por el propio Partido Comunista, deben formar parte de la estrategia de la vanguardia proletaria.
En este sentido, pretendemos que este artículo sirva para traer luz a éstas cuestiones desconocidas de la Revolución de Octubre, derribar los dogmas falsos sobre la misma difundidos por los sectores más atrasados del movimiento comunista con la intención de justificar su práctica oportunista presente, y para enfocar el debate en el seno de la vanguardia hacia las cuestiones fundamentales que toda estrategia revolucionaria debe tener en cuenta; la creación de los Soviets o Nuevo Poder por el Partido Comunista, y la participación de las masas revolucionarias en los mismos.

El autor -(y esperamos que a estas alturas también los lectores)- ha comprendido admirablemente que no es el parlamento, sino sólo los Soviets obreros, los que pueden proporcionar al proletariado el instrumento necesario para conseguir sus objetivos, y, naturalmente, el que hasta ahora no haya comprendido esto, es el peor de los reaccionarios, aunque sea el hombre más ilustrado, el más experimentado político, el socialista más sincero, el marxista más erudito, el ciudadano y padre de familia más honrado.
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

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