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lunes, 16 de noviembre de 2009

Debate sobre la Unión Soviética. VI

La Conciencia
Nuestra carta de respuesta se está convirtiendo en un viaje cada vez más lejos en el tiempo, pero se hace del todo necesario, y más en este caso, ante la argumentación planteada por el camarada che_jca en el foro de la Unión de Jóvenes Comunistas de Madrid:
“En la URSS de 1936 en el plano económico es evidente que las clases explotadoras habían desaparecido como tales en aquel momento, sin embargo en cuanto al plano ideológico la burguesía seguía manteniendo su influencia en el seno de la unión soviética, tanto a nivel del Estado, como a nivel del Partido.”
“PD: El tener presente la necesidad de la lucha de clases para mi indica que se considera que las clases siguen vigentes en el socialismo por lo menos en el concepto de "clase para sí", me explico: la burguesía como "clase en si" no existía en la URSS de aquellos años al no tener los medios de producción, pero si como "clase para sí" ya que no hay que olvidar la influencia de la ideología burguesa tanto por el factor internacional (un país socialista rodeado de países capitalistas) como por la infiltración en los aparatos del partido y del estado de elementos con una conciencia de clase burguesa.


Nuestro camarada viene a decir que “existía burguesía para sí, pero no en sí” que “había ideología burguesa sin burguesía”. Esto se nos antoja bastante difícil salvo que se argumente desde el idealismo filosófico, obviando así los siglos de lucha entre este y el materialismo. Si existe ideología burguesa es porque existe burguesía, no a nivel internacional, sino en el propio marco social en el que está presente esta ideología pues la conciencia del hombre es un reflejo de la realidad objetiva y no al revés. Si la ideología burguesa pervivía en la Unión Soviética es porque todavía persistía una relación social capitalista, de otro modo eliminada toda relación propia de la sociedad burguesa estaría eliminada la burguesía y así su ideología. El problema no es que perviviese la burguesía como clase en sí dentro de la URSS, sino que se negase la mayor facilitando la labor enemiga de reinstauración capitalista. Y es que para que exista “conciencia para sí” es indispensable que exista “conciencia en sí”. Estos párrafos de Lenin nos parecen lo suficientemente claros como para no tener que seguir ahondando en el tema:
La diferencia fundamental entre el materialista y el prosélito de la filosofía idealista, es que el primero considera a la sensación, la percepción, la representación y, en general, la conciencia del hombre, como una imagen de la realidad objetiva. El universo es el movimiento de esa realidad objetiva, reflejada por nuestra conciencia. Al movimiento de las representaciones, de las percepciones, etc., corresponde el movimiento de la materia exterior a mí. La noción de materia no expresa otra cosa que la realidad objetiva que nos es dada en la sensación. Por lo cual separar el movimiento de la materia es equivalente a separar el pensamiento de la realidad objetiva, separar mis sensaciones del mundo exterior, es decir, pasar al idealismo. El juego de prestidigitación que se hace ordinariamente al negar la materia, al admitir el movimiento sin materia, consiste en callar las relaciones entre la materia y el pensamiento. Se presentan las cosas como si esas relaciones no existiesen, pero en realidad se introducen subrepticiamente, no se las menciona al principio del razonamiento, pero luego aparecen más o menos imperceptiblemente.
La materia ha desaparecido, se nos dice, queriendo sacar de ahí deducciones gnoseológicas. Y el pensamiento, ¿perdura?, preguntamos nosotros. ¡Si no perdura, si con la desaparición de la materia ha desaparecido también el pensamiento, si con la desaparición del cerebro y del sistema nervioso han desaparecido también las representaciones y las sensaciones, entonces quiere decir que todo ha desaparecido, que ha desaparecido también vuestro razonamiento, como una de las muestras de un "pensamiento" cualquiera que sea (o de una insuficiencia de pensamiento)! Más si perdura, si suponéis que el pensamiento (la representación, la sensación, etc.) no ha desaparecido con la desaparición de la materia, quiere decir que adoptáis a escondidas el punto de vista del idealismo filosófico. Eso es precisamente lo que les sucede a aquellos que, por razones de "economía", quieren concebir el movimiento sin la materia, puesto que sólo por el hecho de continuar su razonamiento admiten tácitamente la existencia del pensamiento después de la desaparición de la materia. Y esto quiere decir que se adopta como base un idealismo filosófico muy sencillo o muy complicado: muy sencillo cuando se llega abiertamente al solipsismo (yo existo, todo el mundo es sólo mi sensación); muy complicado si se reemplaza el pensamiento, la representación, la sensación del hombre viviente por una abstracción muerta: pensamiento de nadie, idea de nadie, sensación de nadie, pensamiento en general (idea absoluta, voluntad universal, etc.), la sensación considerada como "elemento" indeterminado, lo "psíquico", colocado como base de toda la naturaleza física, etc., etc.(11*)

Lo cierto es que la lucha contra las desviaciones idealistas es bastante sencilla cuando se tienen claros unos cuantos conceptos del materialismo dialéctico. Esperemos que esta crítica no enturbie a nuestro camarada sino que lo anime al estudio del materialismo pues la crítica, es decir, la dialéctica nos ha de servir a los comunistas como motor de estudio.

NOTAS:
11* V. Lenin. Materialismo y empirocriticismo. Ed. Progreso, p. 278, 279.

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