Línea Proletaria

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miércoles, 31 de marzo de 2010

Carta a la militancia de la UJCE y al conjunto de organizaciones comunistas del Estado español (7)

LA SIGNIFICACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA (PARTE 3)
http://www.kaosenlared.net/noticia/carta-militancia-ujce-conjunto-organizaciones-comunistas-estado-espano

La reconstitución del PC. Lucha, Transformación y Unidad

Existen multitud de estrategias en torno a cómo construir el Partido Obrero, aunque el bolchevismo nos muestra el camino. Trotski lo tenía claro, como ya hemos dicho, pretendía que la vanguardia “revolucionaria” tomase por asalto el Partido obrero de masas.
La concepción de constitución del PC que tenía la III Internacional no dejaba de tener todavía las reminiscencias respecto del Partido propias de la II Internacional que afloraban por todos lados en el entrismo trotskista. La III Internacional pretendía la construcción del PC desde la vanguardia como reducido grupo que debía hacerse con el sindicato y todos los frentes de masas. Aunque la Comintern avanza en el sentido de que la lucha ideológica en la constitución de los PC se estaba llevando ya a cabo a nivel internacional y de forma rupturista con el reformismo intentándolo destruir, al menos a sus dirigentes, para atraer a los obreros al campo revolucionario. Desaparecida la IC y transformado el PCUS en un organismo al servicio de la burocracia revisionista todos los partidos que habían surgido por este modelo de constitución acabaron abandonando la vía revolucionaria y adoptando líneas reformistas y socialpacifistas, cambiando los programas generales de la Revolución por la lucha en los distintos frentes parciales que en vez de unir todas las luchas en una sola, las disgregaba y convertía en luchas reformistas. La triada PCE, PCI, PCF es el mejor ejemplo de esta debacle política ya que mantuvieron sus formas frentistas que acabaron por convertirlos en partidos de reforma pues la inmediatez era lo primordial y la revolución algo secundario (decimos “secundario” por decir algo porque a la dictadura del proletariado ya se había renunciado en los años 30. En la URSS dándola por terminada y en Europa porque se pasó a las alianzas con la burguesía).

No deja de ser contradictorio el hecho de que los PC de la IC naciesen de este modo y el alma mater de la IC, el Partido Bolchevique no naciese así, sino que lo hizo mediante la lucha encarnizada de dos líneas dentro de la vanguardia y gracias a la experiencia política de las masas rusas, dos cuestiones que a grosso modo pueden explicar porqué en Rusia si triunfa este modelo partidario y en el resto de Europa no. La experiencia política de las masas obreras, experiencia conseguida desde los Soviets (entre febrero y octubre del 17, máximo exponente de la lucha política dentro del movimiento obrero) no fue posible en el resto del continente y esto paralizó la Revolución. Donde sí se supo rescatar esta experiencia de los bolcheviques fue en China. Allí la vanguardia se lanza al campo para organizar a las masas con el objetivo de instaurar la dictadura del proletariado en alianza con los campesinos, dadas las condiciones objetivas de China. Mao desarrolla en su país la estrategia de la Guerra Popular como forma de crear vacíos de poder del Estado reaccionario en los que el poder sea tomado por las masas y ejercido por ellas para que adquieran la conciencia necesaria de que deben realizar la Revolución (que es lo que hicieron esencialmente los Soviets como forma del Nuevo Poder). Así los campesinos pobres se convirtieron en las Bases de Apoyo del Partido leninista chino. El Partido es en China el dirigente principal y único de la Revolución y pretende que las masas sean conscientes de las necesidades revolucionarias que implica el desarrollo histórico de las sociedades. Eleva a las masas constantemente al nivel de la vanguardia desde las primeras bases de apoyo hasta la etapa de la Revolución Cultural Proletaria. Los chinos perfeccionaron en este sentido la constitución del Partido Comunista porque supieron sintetizar las experiencias del proletariado y aplicarlas a las condiciones objetivas y concretas de su país. Los camaradas chinos y posteriores experiencias basadas en la Guerra Popular continuaron magistralmente esta labor de constitución del Partido de nuevo tipo considerándolo como el centro dirigente del Ejército proletario, de las Bases de Apoyo y de los Frentes generados por él tanto en el campo tomado por las masas como en el que todavía dominaba la reacción.(Este es el modelo de “construcción concéntrica” del movimiento revolucionario: El Partido como Estado Mayor se sitúa como dirigente de todas las organizaciones que conforman el movimiento revolucionario).
Solo los partidos que han seguido este modelo de constitución han logrado en las últimas décadas organizar a las masas contra el Estado reaccionario.

Cuando se habla de Guerra Popular el desconocimiento lleva al economicismo más burdo. Para negar la validez de la Guerra Popular como estrategia del proletariado internacional se pone como “excusa” del triunfo de ésta en que solo llega a cuajar en países campesinos y semifeudales. Si vale, estamos de acuerdo. ¿Pero es que acaso en los países atrasados ha triunfado otra estrategia diferente a esta? Y en los países imperialistas ¿Cuántas revoluciones ha habido mediante las luchas económicas y el reformismo pacifista?
Pero entramos aquí en la estrategia de la Guerra Popular cuando no es nuestra intención hablar de ella en este documento. Lo que queremos resaltar es que solo esta forma de construcción partidaria, la Construcción Concéntrica en torno a los principios del marxismo-leninismo, es la que ha tenido cierto éxito en la historia de las luchas del proletariado como muestra la historia de los bolcheviques y de los comunistas chinos.

Hoy en el estado español se enfrentan dos formas principales de observar la reconstitución del Partido Comunista, puesto que la del entrismo en el PCE no puede ser considerada como tal ya que no pretende reconstituir nada sino simplemente recuperar una organización que desde 1956 abandonó oficialmente la causa proletaria

• Primero la lucha o primero la unidad

La mayoría de las organizaciones comunistas del estado español apuestan por la vía de la Unidad. En base a unos principios mínimos se pretende que todos los comunistas se unan en una misma organización y hasta que ocurra esto se propugna la unidad de acción de los distintos destacamentos. Pero la unidad de acción se reduce a los frentes parciales, los movimientos reformistas, las luchas economicistas… promoviendo el que la vanguardia descienda al nivel de las luchas inmediatas de las masas. “Estar pegados a tierra” lo han denominado algunos republicanos españoles que pretenden que todos los ciudadanos (así en abstracto, proletarios y burgueses) vayamos todos de la mano a las próximas elecciones municipales (tal vez pretendan proclamar la III República en Éibar). Se pretende que el comunista se convierta en sindicalista. Nosotros creemos que el comunista debe elevar al sindicalista y no al contrario.

En el fondo se está luchando por un modelo de construcción partidaria semejante al de los Partidos Comunistas creados a instancias de la IC, con la “pequeña” salvedad de que hoy día no hay IC. La Comintern, que acababa de aplastar política e ideológicamente al revisionismo, era por decirlo así la depositaria de la ideología marxista, “el Estado Mayor”, la que mantenía viva la Revolución Proletaria mediante la táctica y la estrategia que aplicaba a las condiciones de cada país muchas veces aleccionando a los no muy preparados “nuevos partidos comunistas” (el caso del PC de España es un ejemplo de ello desde sus mismos inicios). Lenin y los bolcheviques habían hecho un genial balance de todo la experiencia proletaria hasta el momento y por ello habían logrado eliminar al revisionismo y a las concepciones burguesas que permanecían en el campo revolucionario.
Sin embargo el movimiento no ha hecho ahora ningún balance de nuestra experiencia. Se agarra a las viejas tácticas y estrategias que nos han traído hasta aquí (sin obviar la rebaja constante del contenido clasista de los Programas cada vez más destinados a lo “posible), a los viejos frentes sin querer ver los cambios operados en los Estados imperialistas y sobretodo escondiendo los grandes avances que el proletariado experimentó tras la Revolución Socialista de Octubre. Decíamos antes que los partidos de la IC en cuanto desapareció ésta al no tener una verdadera base ideológica (salvo la que le daba la propia IC) se entregaron por completo a las luchas inmediatas de la clase y acabaron por entregarse al parlamentarismo, al sindicalismo y a todo lo que fuese “posible para el momento”, asemejándose a los partidos de la II Internacional, abandonando toda cuestión estratégica de la revolución, es decir, de construcción del movimiento revolucionario en base a “la preparación directa de las fuerzas para el derrocamiento del imperialismo y la conquista del Poder por el proletariado”.

Hoy nos pasa lo mismo, de hecho nuestra situación actual es producto de aquellas condiciones que no se han querido superar o se han planteado de forma errónea.
El principal error que vemos en la táctica de la “unidad comunista” es que no es capaz de sobreponerse a esas condiciones que nos han llevado a donde estamos. Mantiene y predica el inmediatismo, la práctica por encima de la teoría y la vanguardia teórica y práctica a la cola del movimiento y de los intereses del proletariado como clase en sí. Parece que se ha invertido la máxima leninista y ahora “sin movimiento práctico no hay teoría, y viceversa” (es triste pero esta frase se la hemos oído a más de un camarada que incluso ha batallado defendiendo que esta era la verdadera frase de Lenin. Estaría bien leer al tovarish Lenin en vez de tantas chorradas por internet). Por otra parte, esta postura no hace sino observar al partido como una unión voluntaria, como una unidad intersubjetiva de los que se proclamen comunistas y acepten unas cuantas directrices comunes, forma de unión que ya se ha experimentado en el Estado español en innumerables ocasiones con los resultados que se pueden ver hoy “a pie de calle”. Y en este grupo hay además elementos que no reconocen al partido proletario más que como a un partido cualquiera de cualquier fracción de la burguesía ya que reconocen que no existe el Partido Comunista, como el Colectivo Comunista 27 de Septiembre o el EHK, pero en vez de llamar a los obreros a que participen en su reconstitución les invitan a que se unan a movimientos interclasista como el republicanismo español o el MLNV para que sirvan de carne de cañón en las disputas de otras clases.

En el otro lado está la minoría del movimiento, que entiende la lucha ideológica como el arma principal de la reconstitución partidaria. Como en la historia del bolchevismo, hoy la lucha de dos líneas es el motor de reconstitución del Partido Comunista y por ende del movimiento revolucionario. Desde la defensa intransigente de los principios del marxismo-leninismo, como Weltaanschaung del proletariado, debemos preparar las condiciones para forjar el sujeto revolucionario, fusión del socialismo científico y el movimiento obrero, que lleva al proletariado al poder y de ahí a toda la humanidad al comunismo.

En conclusión, para acabar con el actual sistema de opresión capitalista, se necesita
un sujeto revolucionario, ese sujeto revolucionario es el Partido Comunista, plasmación orgánica y política de la conciencia revolucionaria, síntesis de la vanguardia de la ideología que la impulsa con el mecanismo que la pondrá en marcha, es decir el proletariado, sin Partido no puede haber revolución y sin esta concepción del partido que hemos expuesto en el documento, es decir sí no se hace en torno a la lucha de dos líneas y se asume la forma antidialéctica de la unidad por la unidad se seguirán reproduciendo los mismos errores que durante el siglo XX, se dieron en todos los Partidos que con ínfulas de comunismo llegaron a quitarle a la clase obrera las ganas de saber lo que era esto. La lucha por conquistar el mundo que desde hace demasiados siglos nos niegan a sangre y fuego los defensores de los privilegios comienza por empezar a aprehender y a comprender lo que nos ha legado la experiencia histórica y política del comunismo, los hijos de la rebeldía seguimos instruyéndonos y formándonos par saber como y de que forma destruir al depredador que sigue condenando al proletariado y a los pueblos oprimidos del mundo a ser depositarios de la miseria y la infelicidad.

JUVENTUD COMUNISTA DE ZAMORA. MARZO DE 2010

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