En los primeros años
de la crisis capitalista, las organizaciones revisionistas y oportunistas
pusieron en marcha sus mecanismos para la “acumulación de fuerzas”. Estas
consistieron en reclamar a los sindicatos mayoritarios, los que mejor
representan la integración en el régimen de un sector de la clase asalariada,
que convocasen una huelga general para generar una especie de movilización
sostenida y ascendente que a través de demandas inmediatas generasen el cambio
“revolucionario”, generalmente republicano, en la sociedad.
Desde entonces se han
convocado tres huelgas generales, a nivel estatal, sin que el revisionismo haya
logrado dar un solo paso hacia adelante en esa acumulación. Entre éstas, además,
estalló un enorme movimiento espontáneo de masas, preñado, como no podía ser de
otro modo ante la ausencia de referente revolucionario, de prejuicios burgueses
y demandas reformistas, en donde el revisionismo no hizo nada, salvo propagar
sus esperanzas electoralistas entre quienes estaban hartos del parlamento y sus
gestores; demostrando con ello quienes hegemonizan nuestro movimiento los
enormes límites que encuentra su caricaturizada flexibilidad táctica.
Con todo este panorama
social, apenas el oportunismo más apegado al régimen ha logrado recibir los apoyos
electorales de las bases sociológicas de los socialistas (pequeña burguesía y
aristocracia obrera), desgastados por ser quienes iniciaron el proceso de
reconfiguración del marco político y social en el Estado español dentro del
proyecto interimperialista europeo.
Pero ni el
revisionismo ha avanzado dentro de esos organismos odiados por las masas y que
no alcanzan más que a luchar para que la burguesía financiera les incluya en el
nuevo reparto de la dictadura del capital (ahí están CCOO y UGT pidiendo que se
cree riqueza); Ni el revisionismo ha generado el “partido” que uniese a los
comunistas acabando en abortos, una vez más, los distintos procesos de
unidad, que lejos de recuperar la concepción leninista del partido, ahondan aún
más en lo que nos ha legado el revisionismo, la concepción de que el partido es
un grupo que interviene para dirigir las demandas parciales de la clase; Ni el
revisionismo ha alcanzado a dirigir ningún movimiento de masas a los que ahora incluso
se refiere como formas de “poder popular”.
En definitiva, los que
reclaman que las tareas actuales de la revolución son las de conquistar a las
grandes masas realizando para ello una práctica que se basa en la teoría de que
es posible acumular fuerzas para la revolución desde los intereses inmediatos
de las mismas, que son incapaces de comprender la relación dialéctica,
contradictoria, entre vanguardia y masas y a su vez el contenido político
concreto que determina en cada situación las tareas a resolver por parte de la
vanguardia para unirse a esas masas; todos estos precursores teóricos de la
práctica sindical, parlamentaria y de “unidad comunista” han mostrado que, a
pesar de ser mayoritarios entre nuestras filas, son incapaces de construir
nada. Se encuentran, por tanto, en bancarrota.
Sin duda, esta
situación que atraviesa nuestro movimiento ha de espolearnos a los militantes
comunistas, y en especial a la juventud, a volcarnos en el estudio crítico de
nuestra experiencia histórica, en la formación a través del balance, la crítica
y la autocrítica, puestas todas ellas en la perspectiva de construir esos
instrumentos de la Revolución Socialista que el revisionismo, con su práctica,
retarda y obstaculiza.
En este sentido, desde
la JCZ entendemos que la discusión en el seno de la vanguardia ha progresado
con respecto a los últimos años. Cada vez somos más los camaradas que señalamos
que el Partido Comunista, entendido en el sentido leninista, no existe. Y no
solo eso, sino que se empiezan a dibujar posiciones cada vez más claras en torno
a cómo se constituye este instrumento clave para iniciar la guerra revolucionaria
contra la burguesía que es el partido de nuevo tipo.
Por ello, en este
contexto de avance de posiciones dentro del movimiento comunista, en los que
cada vez más destacamentos y camaradas rompen con el revisionismo oficial y
oficioso, hemos decidido incluir en nuestro Taller de Estudios Marxistas,
junto a algunos textos fundamentales de V.I. Lenin que dan continuidad a
nuestro anterior encuentro, la “Tesis de Reconstitución del Partido
Comunista”, pues es un texto clave para abordar el debate sobre cómo
reconstituir los organismos sociales que nos permitan construir la Revolución
Socialista en el Estado español, como base de apoyo de la Revolución Socialista
Mundial.
Juventud Comunista de Zamora
Julio 2013
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