Línea Proletaria

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viernes, 23 de octubre de 2009

Debate sobre la Unión Soviética. IV

Para ver intervenviones de nuestrxs camaradas:
http://ujc-madrid.org/Foro/index.asp?seccion=verpost&id=2134&idref=2&pagina=2
http://www.nodo50.org/gaztekomunistak/foro/viewtopic.php?t=489

PARTIDO COMUNISTA Y DICTADURA DEL PROLETARIADO

Definir a estas alturas al Partido y a la Dictadura de clase puede parecer un retroceso en el debate, pero nos parece primordial hacerlo pues estamos totalmente en contra del argumento base utilizado por nuestros camaradas del foro ujc-m, a la hora de hablar del burocratismo:
“También está el error de la falta de separación entre el Partido y el Estado, que acabó convirtiéndose en una base fundamental para el surgimiento de una capa importante de burócratas acomodados. En Stalin y la lucha por la reforma democrática se ilustra bastante bien cómo Stalin trató de llevar a cabo esta separación entre el Partido y el Estado por medio de la Constitución Soviética de 1936, así como la derrota de Stalin en dichos intentos”
El Partido Comunista es el Partido Proletario de nuevo tipo. Representa la unión dialéctica de la vanguardia con el resto de la clase de la que el Partido forma parte y con la que está íntimamente vinculada con todas las raíces de su existencia. El Partido Comunista es la forma superior de organización de clase del proletariado, es su máximo representante, su “Estado Mayor”, una suma de organizaciones…Pero el Partido no es sólo la suma de sus organizaciones. El Partido es, al mismo tiempo, el sistema único de estas organizaciones, su fusión formal en un todo único, con organismos superiores e inferiores de dirección, con la subordinación de la minoría a la mayoría, con resoluciones prácticas, obligatorias para todos los miembros del Partido. Sin estas condiciones, el Partido no podría formar un todo único y organizado, capaz de ejercer la dirección sistemática y organizada de la lucha de la clase obrera. (3*)
El Estado, cualquier Estado, es una máquina para la represión de la clase en el poder contra el resto de clases. La clase que detenta el poder ejerce su violencia de modo sistemático contra las otras clases, para hacer prevalecer sus intereses de clase. Todo Estado tiene dos aspectos, el democrático y el dictatorial, la cuestión es saber quien goza de democracia y contra quien se ejerce la dictadura. En el caso que nos compete ahora, el “Estado” proletario, es el proletariado quien ejerce su violencia revolucionaria contra las otras clases dejando de lado los prejuicios burgueses de que en los Estados es posible que las relaciones de clase se desarrollen de modo pacífico. La Dictadura del Proletariado es el instrumento del que se dota la clase obrera para poder elevar a las masas al nivel de su vanguardia, es decir, al nivel del Partido Comunista. El Partido Comunista es la forma superior de organización, la Dictadura del Proletariado es el instrumento de la revolución proletaria, el organismo en que se apoya lo mejor de la clase, el Partido, para atraer a sus posiciones al resto de la clase, para elevarla al comunismo.
Cuando el proletariado triunfa en un país e instaura su dictadura contra sus enemigos de clase, conquista la más amplia democracia conocida, la democracia proletaria. Y esta nueva democracia que surge en el proceso de destrucción del orden burgués, no puede mantener las viejas formas sino que impone unas nuevas, las de la democracia socialista. En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas estas nuevas formas adquirieron el nombre de Soviets que eran: las únicas organizaciones de masas que engloban a todos los oprimidos y explotados, a los obreros y los campesinos, a los soldados y los marinos, y que en consecuencia, permiten a la vanguardia de las masas, el proletariado, ejercer con la mayor sencillez y la mayor plenitud la dirección política de la lucha de las masas. (…) Los Soviets son organizaciones directas de las mismas masas, es decir, las organizaciones más democráticas y, por tanto, las que gozan de mayor prestigio entre las masas. Los Soviets facilitan al máximo la participación de las masas en la organización del nuevo Estado y en su gobernación y abren el máximo campo de acción a la energía revolucionaria, a la iniciativa y a la capacidad creadora de las masas en la lucha por la destrucción del antiguo orden de cosas, en la lucha por un orden de cosas nuevo, por un orden de cosas proletario. (4*)
Los Soviets como nueva forma de organización estatal se unían como Estado de nuevo tipo proletario y se estructuraban y unificaban como Repúblicas de Soviets. Lo novedoso de los Soviets es que en ellos confluían todos los poderes de clase (legislativo, ejecutivo, judicial) desde los cuales el proletariado podía ejercer directamente su violencia revolucionaria contra sus enemigos, por ello los soviets significaban la destrucción del aparato burocrático burgués: La República de los Soviets es, por lo tanto, la forma política buscada, y al fin descubierta, dentro de cuyo marco puede alcanzarse la liberación económica del proletariado, el triunfo completo del socialismo. (5*)
Tras esta breve exposición cabe preguntarse ¿Bajo la dictadura del proletariado, bajo la forma estatal soviética, cual es el lugar del Partido Comunista?
Para contestar a esto, primero debemos plantearnos cuál es nuestra visión del Estado y de la democracia, si la visión proletaria que exponíamos arriba o la visión burguesa. Porque a nosotros tras estudiar la obra de Grover Furr “Stalin y la lucha por la reforma democrática” nos asaltan las dudas al respecto y es que la obra del profesor norteamericano está recubierta de los prejuicios burgueses del concepto de democracia, de la teoría de la democracia “pura” propia de la aristocracia obrera, más que del concepto de nueva democracia, de democracia socialista. Se desprende de la obra de G. Furr que anteriormente a 1936 no había en la URSS democracia sino una dictadura. Y efectivamente las masas proletarias ejercían su violencia revolucionaria contra los kulaks, los guardias blancos, los antiguos terratenientes… pero para Furr esto no era democracia (niega el doble sentido que tiene todo Estado) y para que se diese esta se necesitaba una “reforma democrática”. Esta “reforma” consistiría en darle la oportunidad “a los ciudadanos ajenos al Partido” a acceder al Poder. Esta reforma se puede identificar con la teoría del fin de las clases sociales en la URSS y por tanto de la dictadura del proletariado que ya definimos en nuestros anteriores artículos como origen ideológico de la derrota del proletariado en la Unión Soviética. Esta teoría, que por desgracia la asumían Stalin y los suyos, la defiende el historiador Yuri Zhukov, (citado por Furr) cuando dice refiriéndose a los primeros años de los 30 que: “… los explotadores de trabajo ajeno ya no existían. Los trabajadores, que ahora dirigían el país en su propio interés a través del Partido Bolchevique, no eran ya el clásico proletariado. Por tanto, la "dictadura del proletariado" ya no era un concepto pertinente. Esas condiciones nuevas suponían un nuevo tipo de estado”. (6*)
La nueva visión del Estado que tienen los dirigentes bolcheviques está conectada con su lucha por acabar con el burocratismo. Pero ¿Cómo se pretende acabar con este burocratismo? ¡Separando al Partido proletario del Estado proletario! Una postura que nos parece un claro error ideológico en cuanto a las tareas del Partido y una concesión al revisionismo, sobre todo cuando el propio Stalin habla en “Los Fundamentos del Leninismo” de la dictadura del proletariado como apoyo del Partido para atraerse a las masas y como dirigente principal del conjunto de organizaciones del proletariado:
“… todas estas organizaciones tienen que desplegar su actividad en una misma dirección, pues sirven a una sola clase, a la clase de los proletarios. ¿Quién -cabe preguntarse- determina la línea, la orientación general que todas estas organizaciones deben seguir en su trabajo? ¿Dónde está la organización central que no sólo sea capaz, por tener la experiencia necesaria, de trazar dicha línea general, sino que, además, pueda, por tener el prestigio necesario para ello, mover a todas estas organizaciones a aplicar esa línea, con el fin de lograr la unidad en la dirección y excluir toda posibilidad de intermitencias? Esta organización es el Partido del proletariado.”(7*)
No queremos convertir nuestra carta y el debate en una mera “guerra de citas”, pero la claridad de los bolcheviques en cuanto al Partido la deja tan clara Stalin en 1924 que no podemos por menos de echar mano de ello:

El Partido no sólo es la forma superior de unión de clase de los proletarios, sino que es, al mismo tiempo, un instrumento del proletariado para la conquista de su dictadura, cuando ésta no ha sido todavía conquistada, y para la consolidación y ampliación de la dictadura, cuando ya está conquistada.(8*)

El que debilita, por poco que sea -dice Lenin-, la disciplina férrea del Partido del proletariado (sobre todo en la época de su dictadura), ayuda de hecho a la burguesía contra el proletariado.(9*)

Y podríamos rellenar folios con citas muy bien traídas sobre el Partido, por eso para acabar con este “recetario” nos remitimos a “Los fundamentos del leninismo” y en particular al apartado 4 del Capítulo sobre el Partido.
Tras las citas de Stalin volvamos a Furr y a la “reforma democrática”. La reforma se basaba en 1º) “sacar al Partido Comunista de la dirección directa de la Unión Soviética” poniendo “límites de forma sustancial al papel del Partido en la vida del país” y dejando al Partido Comunista como “arma de propaganda”. Y 2º) ampliando la participación electoral a los sectores que sufrían la dictadura, que se daba por liquidada, dando la posibilidad de que los enemigos del proletariado entrasen en el aparato estatal soviético.
La idea de Furr proviene de una visión liberal de lo que debe ser un Partido político, por tanto ve al PC como un simple partido de una parte de la clase que debería estar bien separadito del Estado democrático, de “todo” el pueblo. Pero esta separación más que una lucha contra la burocracia nos parece una apertura a la burocracia. Si el Partido se separa del Estado, se puede generar con mayor facilidad una inmensa capa de técnicos, de funcionarios, de burócratas estatales, alejados del Partido, de las masas, de la dirección política del proletariado (que al fin y al cabo ya estaba llegando a su fin) y que serían los primeros interesados en un Estado per secula seculorum. Además se dejaba al Partido como una simple “arma propagandística” olvidando que es la forma superior de organización que tiene el proletariado como clase dirigente del proceso revolucionario.
La “apertura electoral” no deja de ser una relajación de la lucha de clases en favor de los enemigos de los proletarios del campo y la ciudad. Y utilizar esta apertura como al parecer quería Stalin, es decir, como un “purgatorio” o “peaje” que la Revolución ha de pagar por los errores cometidos es aún más grave. Es como si el enemigo esperase tras una muralla para entrar la ciudad y nosotros pudiendo perfectamente atacarles fuera los dejásemos entrar para luchar dentro y que puedan unirse a los que ya han entrado. Este error podría verse como un error táctico, y de hecho lo es, pero tiene su origen en las desviaciones ideológicas de los bolcheviques.
Esta crítica a la lucha contra el burocratismo, no significa que nosotros neguemos la evidencia del problema de la burocracia, que era pasto para el revisionismo en la URSS. Pero frente a esta “reforma democrática” creemos que se tendrían que haber puesto los principios del Marxismo-Leninismo. Basándose en el centralismo democrático la lucha de clases debió haberse realizado desde la base, recuperando ese “tiempo perdido durante la NEP”, llevando la ideología a las masas en su proceso de auto-emancipación para que fuesen estas las que decidiesen quienes eran unos burócratas revisionistas. Y para “decidir” en una democracia socialista no basta con el voto directo al Soviet Supremo, como si de un parlamento burgués se tratase. Para decidir y ejecutar su violencia revolucionaria los obreros de la URSS tenían los Soviets, como base del Poder Socialista. Y esta lucha de las masas no podía hacerse relajando su dictadura, con el “voto abierto al ciudadano” sino con el recrudecimiento de la guerra de clases. El ejemplo de “que hacer” ante esta situación lo podemos observar en el estudio, que la mayoría de los comunistas de hoy tenemos pendiente, de la Gran Revolución Cultural Proletaria China en la que las masas dirigieron la lucha contra sus líderes revisionistas.
La burocracia y el revisionismo no nacen de la íntima relación entre el Partido Comunista y la Dictadura del Proletariado sino por la relajación de ésta última proveniente de aquella teoría odiosa del fin de las clases en la URSS y que proviene del socialismo determinista de Kautsky.

NOTAS
3* José Stalin. Los Fundamentos del Leninismo. Ed. Pekín, p. 114
4* José Stalin. Los Fundamentos del Leninismo. Ed. Pekín, p. 53 y 54
5* José Stalin. Los Fundamentos del Leninismo. Ed. Pekín, p. 56
6* Yuri Zhukov, citado por Grover Furr en “Stalin y la lucha por la reforma democrática”
7* José Stalin. Los Fundamentos del Leninismo. Ed. Pekín, p. 117
8* José Stalin. Los Fundamentos del Leninismo. Ed. Pekín, p. 118 y 119
9* José Stalin. Los Fundamentos del Leninismo. Ed. Pekín, p. 122

1 comentario:

Guillermo dijo...
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