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martes, 6 de octubre de 2009

La Unión Soviética. Una crítica necesaria

ARTICULO PUBLICADO EN EL Nº 14 DE ESPACIO ROJO (ABRIL 2009)

Lenin afirmó en su Qué Hacer? que “sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario” y Marx mucho antes que “la teoría se convierte en una fuerza material tan pronto como prende en las masas”. Con estas citas queremos resaltar la importancia que la asimilación del socialismo científico tiene para todo proceso revolucionario encabezado por el proletariado, de lo que se desprende que un mal análisis de dicha teoría lleva ineludiblemente a la derrota de ese movimiento.
Hoy día nos podemos encontrar dentro del fragmentadísimo Movimiento Comunista Internacional organizaciones que defienden a la URSS a capa y espada y que culpan de su caída o a las potencias imperialistas de la OTAN o a un pequeño grupo de dirigentes traidores, (Jruschov y el XX Congreso del PCUS o Gorbachov y la perestroika). Estos últimos parecen historiadores burgueses que achacan los acontecimiento históricos a la maldad o bondad de un personaje, en vez de atender a lo realmente importante, los intereses de clase que representaban dichos personajes. Además pecan de revisionismo pues suelen defender actitudes socialimperialistas, posteriores al XX Congreso, de un Estado que se declaraba “antiestalinista”, recordemos la polémica del PCUS con la Albania “estalinista” de Hoxha. Peores son aún los primeramente citados, que buscan el colapso de la URSS en cuestiones extrínsecas a ella (a las que suman a Gorbachov y cia), pues nos quieren hacer creer que la 2º potencia mundial del s. XX se derrumbó a consecuencia de la injerencia del capitalismo. Además de su incapacidad para la autocrítica, algo poco marxista, demuestran ser un atajo de derrotistas que creen que el enemigo es siempre más fuerte (la voluntad revolucionaria del pueblo vietnamita ya demostró hace décadas lo contrario).
Dejando de lado las baratas explicaciones del revisionismo, nos centraremos en la cuestión soviética.
Los bolcheviques llegan al poder con la Gran Revolución Socialista de Octubre, mediante la alianza proletaria-campesina, de ahí que este período se denominase dictadura democrática del proletariado y el campesinado. Esta alianza sería la base política y socioeconómica sobre la que se construiría el socialismo en el país de los soviets. Pero antes de emprender el camino del socialismo, los bolcheviques debían desarrollar por completo el capitalismo para crear las premisas económicas que permitiesen construir el socialismo. Con este fin el Partido Comunista (bolchevique) adoptó en su X Congreso, 1921, la Nueva política económica, Nep, que suponía la utilización del capitalismo por parte del Estado obrero. Este capitalismo de estado se podía llevar a cabo sin miedo a que la burguesía recuperase el poder, puesto que la dirección política de la República Soviética estaba en manos del proletariado (1*). En la economía pervive la gestión capitalista de las empresas, pero tutelada políticamente por el proletariado. Eran los obreros quienes dominaban el Estado porque ejercían su dictadura de clase y el PC (b), era el Partido leninista de nuevo tipo, un movimiento político revolucionario unidad dialéctica entre vanguardia y masas, fusión del socialismo científico con el movimiento obrero, es decir, que el PCb estaba formado por la clase obrera templada ya en la ideología revolucionaria tras años de lucha política contra los mencheviques en el seno del POSDR.

Pero tras Lenin, el Partido bolchevique asume una tesis errónea (no la única) que será crucial para el futuro de la URSS: identifican el período de la dictadura de clase revolucionaria como paso del capitalismo al socialismo, contradiciendo la idea leninista que aparece en El Estado y la Revolución donde se señala precisamente el período de dictadura revolucionaria del proletariado como etapa entre el capitalismo y el comunismo, es decir, como la etapa socialista o inferior del comunismo. Se liquida la dictadura del proletariado por lo que se le niega a este su papel dirigente en el proceso revolucionario en un momento en el que todavía persiste el Estado y con él las contradicciones entre clases y las condiciones que la reproducen. En vez de las dos etapas necesarias para llegar al comunismo: la fase inferior o socialista en que el proletariado mantiene el Estado para ejercer su dictadura y la fase superior o comunista en que el Estado ya se ha extinguido.
El PCb establecía 3 etapas: 1º dictadura del proletariado, 2º socialismo y 3º comunismo, quitándole así el contenido clasista al socialismo puesto que aunque existía el Estado se negaban las clases sociales o se decía que eran “clases amigas”(2*), algo falso pues si fuese así el Estado ya habría sido superfluo y se habría extinguido. Este error se produce porque se confunde la economía con la política: en la economía se hizo necesaria la Nep como fase transitoria del capitalismo al socialismo debido a las condiciones de atraso económico de Rusia, pero en lo político eso no era necesario pues la dictadura del proletariado es precisamente la etapa del socialismo:
Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista se sitúa el período de la transformación revolucionaria de la una en la otra. A éste le corresponde también un período político de transición cuyo Estado no puede ser sino la dictadura revolucionaria del proletariado. (3*)

En la URSS no se mantenía únicamente el Estado para defenderse del imperialismo sino porque existía una división técnica y social en la producción (técnicos y administradores- trabajo intelectual; obreros- trabajo manual) en la que unos dirigían y otros producían (4*). Las fuerzas productivas se seguían desarrollando en la mal llamada “segunda” fase, la socialista, con los planes quinquenales, Piatiletka, y se reproducían así las condiciones que generaban la división de clases pues como la dictadura proletaria se había eliminado (se daba por cerrada la “primera” fase) era imposible el desarrollo revolucionario de las fuerzas productivas. Así estancada la lucha de clases se abren las puertas a la reinstauración capitalista, pues en dialéctica lo que no avanza retrocede.
El proletariado ya no ejercía su dictadura, por lo que no controlaba el Estado y el desarrollo de las fuerzas productivas reproducía las contradicciones de clase, por lo que los elementos que se aprovechaban del mantenimiento de esas contradicciones (y por ende del mantenimiento del Estado) tenderían a perpetuarlas y ahondarlas hasta restaurar el capitalismo en la Rusia roja. Entre los técnicos había voluntariosos revolucionarios pero la mayoría eran capitalistas contratados y supervisados por el pueblo como técnicos. Dejar el desarrollo de la Revolución en manos del voluntarismo en vez de en manos de la dictadura revolucionaria de la clase obrera (ya liquidada) supuso un gran error ya que el proletariado como clase revolucionaria es garantía única de que la dirección del proceso continua orientada hacia el comunismo. Este error costó muy caro pues el voluntarismo revolucionario de los “administradores” se iba apagando y se tornaba en revisionismo y acomodo ante esa situación de privilegio social que alejaba sus intereses de clase del campo revolucionario.
De aquí que el proletariado pierda poco a poco su papel dirigente en el Estado soviético en favor de la burguesía burocrática, de los técnicos (que piensan en burgués, como decía Lenin) que se apoderarán finalmente del poder en el XX Congreso del PCUS, que es consecuencia (y no causa) de los errores arrastrados por los bolcheviques. Unos errores cometidos por una mala aplicación del socialismo científico (el cambio de las 2 a las 3 fases políticas del comunismo) y también por la falta de experiencia del proletariado como dirigente de un Estado ya que salvo la efímera, pero gloriosa, Comuna de París el proletariado jamás había sido dueño de su destino.

(1*) Lenin escribe en 1918 Acerca del infantilismo “izquierdista” y del espíritu pequeñoburgués, en el que defiende la utilización del capitalismo de Estado en el período de transición económica del capitalismo al socialismo, tutelada siempre por la dictadura del proletariado. (Incluido en la recopilación “Contra el sectarismo y el dogmatismo en el Movimiento Obrero”)
(2*) En la Constitución soviética de 1936 (a pesar de su artículo 3) ya no se habla del papel dirigente del proletariado, sino de la unidad del pueblo soviético, dando a entender la lucha de clases como liquidada en la patria proletaria.
(3*)Crítica al Programa de Gotha, C. Marx
(4*) “Lo que subyace a la división en clases es la ley de la división del trabajo” Anti-Dürhing, F. Engels

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